Siempre he sido de las personas que sufren de frío. O al menos lo fui por gran parte de mi vida. Me acuerdo que en los inviernos de Lima se me ponían las uñas azules de inmediato en el invierno, y tomaba infusiones de hierbas mientras mis amigos tomaban agua con hielo. Sabía que era friolenta pero no pensaba que podía hacer nada al respecto.

Esto cambió cuando me matriculé en un curso de Ayurveda, donde aprendí que tengo un tipo de constitución (llamado Vata), que me hace propensa a esto. También me hace propensa a que se me reseque la piel, a que no me guste la rutina, y a sufrir de ansiedad, entre muchas otras cosas.

Uno de los primeros trucos efectivos que aprendí en esta clase para empezar a balancear el exceso de energía Vata, fue frotar mi cuerpo con aceite de ajonjolí antes de ducharme. Me di cuenta que así estuviera congelándome, en el momento que masajeaba mi cuerpo con este aceite, el frío desaparecía como por arte de magia. Esta práctica de por sí resultó siendo muy relajante, ya que es como recibir un masaje, además de ser un momento para mí y para darle amor a mi piel y a mi cuerpo.

Conforme mi piel se fue suavizando, y el frío dejó de ser intolerable, empecé a sentir también más calma. Nunca me cansaré de decir que cuerpo y mente son uno, y esta es una de las prácticas que te permite ver esto de manera directa.

Te recomiendo que lo hagas todos los días por unos minutos antes de ducharte con agua tibia, empezando por los pies y subiendo hasta el cuello, las orejas, y la cara. Puedes tomarte todo el tiempo que quieras haciéndolo, o si no tienes mucho tiempo al menos ponte el aceite en todo el cuerpo como que te estuvieras aplicando un humectante. Luego puedes ducharte, de preferencia sin jabón. No te preocupes, que al secarte con la toalla sacarás el exceso de aceite. (Eso sí, ten cuidado de limpiar bien la ducha luego de ducharte, ya que el aceite puede hacer que quede resbalosa).

También puedes usar otros aceites si prefieres, y puedes agregar unas gotitas de algún aceite esencial extra relajante como el de lavanda si quieres agregarle un poco de aromaterapia a este ritual. Algunos aceites que me gusta usar en vez de ajonjolí son el de almendras, o el de coco en la primavera y verano. Pero incluso lo he hecho con aceite de oliva cuando se me han acabado los otros. Y si me voy a lavar el pelo, me froto todo el pelo y cuero cabelludo con aceite y espero una media hora antes de ducharme.

Algunos de los otros beneficios de esta práctica, llamada Abhyanga, son:

-Una apariencia más juvenil

-Mejor visión

-Mejor nutrición (ya que absorbemos estos aceites por la piel también)

-Un sueño más profundo

-Mejora la circulación

-Tonifica el cuerpo

Espero que incorpores esta práctica a tu rutina diaria para que como yo, tú también puedas disfrutar de sus múltiples beneficios. Y si quieres más tips como este para sentirte radiante, recibe el Reto Healthy de manera gratuita y empieza a transformar tus hábitos y tu vida hoy mismo.

Con amor,